Cena de Negros

La carrera por la gubernatura…

Alejandro Etienne Llano, ex alcalde de Victoria, fue siempre el candidato de Egidio Torre Cantú a sucederlo, representaba la amistad, lealtad hacia su persona, los intereses del grupo Victoria ya que aglutinaba lo mismo a tomasistas, geñistas que a los poquitos egidistas que se pudieron formar sin embargo no pudo siquiera ser candidato.
De tener poco carisma en la política, porque para otros menesteres tenía credenciales que presumir, le construyeron las bases para pelear dicha estafeta pero, todo el equipo de Egidio y más el de Etienne, cometieron un error, lo hicieron demasiado dócil, exageradamente institucional, le crearon la fantasía de que su jefe se podría enojar si se atrevía, por lo menos, a insinuar que quería ser candidato a gobernador y en el pecado llevó la penitencia.
Más que lealtad Etienne llegó a ser sumiso y quedarse en el ostracismo lo que le perjudicó a la hora de que el CEN y el presidente Enrique Peña Nieto hicieran las evaluaciones de los aspirantes, nunca subió en el atractivo, las encuestas no lo favorecieron porque los ciudadanos no lo reconocían más allá Victoria y fue imposible defenderlo, se tuvieron que tragar a Baltazar Hinojosa, que tampoco era favorecido en los números y menos con el cariño del gobierno local pero era lo de menos porque tenía la venia del presidente.
Valga el recordar el pasado para que los políticos que tienen ambiciones no se queden petrificados y, además, para dejar claro que varios de ellos ya están en eso, en trabajo de posicionamiento aunque algunos no parecen entenderle a este asunto, se están quedando como Etienne.
Mire, acaba de anunciar la empresa Massive Caller su encuesta mensual para evaluar a cien alcaldes del país y en la misma aparece Maky Ortiz, otra vez, en el quinto lugar con un 59.5 por ciento de aceptación que son números muy altos para ya estar empezando su tercer año de gobierno municipal y ser acusada de no tener capacidad ni para la recolección de basura y menos para la obra pública luego de que inundó a un fraccionamiento por un error en un dren, ella, la verdad, se está apuntando y lo hace con dicho documento que apenas aparece y todos los que la quieren lo multiplican.
El lugar 11, nacional, lo ocupa el alcalde Tampico, Jesús Nader y el 14 el de Nuevo Laredo, Enrique Rivas, también panistas, el primero con un 53.7 y el segundo con un 53 por ciento de aceptación, les sigue el de Matamoros aunque este de Morena, Mario López, en el 21 por 47 por ciento y hasta el final, en el lugar 97, aparece otro tamaulipeco y también panista, Xicoténcatl González Uresti, de Victoria, a quien solo lo acepta el 17 por ciento de su pueblo, es decir, lo odian ocho de cada 10 victorenses o, lo que es lo mismo aunque no sea igual, solo dos lo ven con buenos ojos.
De los evaluados el que más subió en aceptación fue Enrique Rivas, seis lugares al pasar del 20 al 14, y Xico que el mes pasado apareció en el lugar número 100, el más odiado con 13.5 por ciento de aceptación, el victorense subió tres lugares y 4 por ciento en su querencia.
Ahora, cuál de estos alcaldes pueden ser prospecto y luego candidato a la gubernatura, la verdad es que en este momento solo Mario López de Morena puede ser tomado en cuenta con seriedad para esa eventualidad, a Maky, aunque insista en su estrategia y los números le beneficien, le afecta la soberbia de no quererse congraciar con la mayoría de los panistas en el Estado al grado de no contar con el visto bueno de los azules nivel estatal que en muchas ocasiones le ha señalado excesos, el caso de Jesús Nader le perjudica que solo hace política local y no siempre efectiva, mientras que Enrique Rivas ha tomado protesta como vicepresidente de una asociación nacional de alcaldes emanados del Partido Acción Nacional se apuntó porque tiene trabajo en Nuevo Laredo pero le fastidia que esa esquina tiene más cercanía con Texas o Nuevo León que con Tamaulipas, representa el poder de ver cruzar un millón de dólares por minuto por sus puentes internacionales, ser el único municipio que se puede dar el lujo de construir hasta escuelas o proyectos de agua potable que tienen la ciudad sin problemas, que no tiene dificultades para adquirir créditos internacionales pero, le insisto, todo eso pasa solo en Nuevo Laredo, en una lejana esquina del Estado y su trabajo de posicionamiento puede ser muy lento conociendo las reglas no escritas de la política.
Y Xico, pues si a Xico le alcanza para competir para regidor en la próxima elección será un milagro, así de feo se ve su panorama.
En síntesis, en contra de los alcaldes va que no son conocidos más allá de los límites de sus municipios y, por si fuera poco, siguen con las prácticas de antaño de esperar líneas sin darse cuenta que en esa sumisión lo pueden perder todo.
Lo extraño es que los secretarios de Estado están en las mismas o peor, ni siquiera se toman la molestia de darse a conocer para ayudarle en algo al gobernador, ellos están muy escondidos disfrutando que nadie les molesta.
Qué va a pasar, pues quién sabe, lo único que tiene certeza en todo esto es que la carrera por la gubernatura ya empezó y el PAN y los panistas tendrán que ir definiendo quién puede ser, quien debe trabajar porque de lo contrario les podría arrebatar el mandado Morena que tiene a Héctor Garza González como uno de sus aspirantes apareciendo hasta en la sopa de los tamaulipecos y a otro, el alcalde de Matamoros que va despuntando en las encuestas mientras ellos se siguen quedando callados.