Caen dos pandilleros con niña enmaletada; los investigan por trata

8/10/16.-Una pareja de pandilleros de Los Ángeles que fue detenida cuando cruzaba la frontera a México con el cadáver de una niña de cuatro años en una maleta podrían enfrentar una pena de cadena perpetua por haber torturado a la menor hasta morir para forzar a la madre a prostituirse, confirmaron autoridades estatales.

John Lewis Hartley, de 39 años, y Mercy Becerra, de 43, cruzaban a pie la frontera a Tijuana por la garita de El Chaparral, y cuando inspectores del SAT pasaron la maleta por revisión electrónica descubrieron el cuerpo de la menor.

Los dos estadunidenses intentaron escapar; sin embargo, elementos de la Sedena impidieron a Hartley salir de la garita mientras que Becerra alcanzó a salir, pero apenas estuvo en la calle la detuvo la Policía Municipal. Ambos fueron devueltos a California el mismo 9 de agosto.

Hartley tiene tatuado en la mejilla derecha el número 1 y en la izquierda el 8, por lo que es miembro de la pandilla de la Calle 18, una banda delictiva transnacional, de unos 30 mil miembros, la cual es rival de la Mara Salvatrucha o S13 en Los Ángeles.

El médico forense de San Diego determinó que la menor, identificada como Angelina W, murió en Los Ángeles y trataron de llevar el cuerpo a México. La niña fue ahogada y tenía claros síntomas de desnutrición y deshidratación.

Los detenidos fueron trasladados a Los Ángeles, donde continúa la investigación. Ahí, las autoridades descubrieron que los acusados cometieron homicidio, tortura, agresiones y tráfico humano.

La subprocuradora Lisa Coen, del Distrito en Los Ángeles, informó a Excélsior que la pareja traficó a la madre de la menor desde noviembre de 2012. Cuando Amanda Z tuvo a la niña, la pareja de pandilleros se la quitó para forzarla a prostituirse.

Jim Carson, activista defensor de los derechos humanos que ayuda a mujeres obligadas a prostituirse, dijo que, a su parecer, la pareja abusó sexualmente de la niña o la vendió para que otros abusaran de ella como forma de tortura a la menor y tortura sicológica a Amanda Z, para que “supiera” lo que podría pasar si intentaba escapar o se negaba a prostituirse.

Agencias