Bloquean ayuda y asistencia para los migrantes

En un intento desesperado de revertir la emergencia migratoria que se vive en México, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) en el Puente Internacional Puerta México (Nuevo) empezó a bloquear la entrega de alimentos que llevan grupos altruistas a los migrantes que esperan su cita para solicitar asilo en los Estados Unidos, al impedirles ingresar a las instalaciones federales, en donde hasta todavía la semana pasada entraban a diario con decenas de platos con comida para las familias de centroamericanos, denunciaron ayer representantes de uno de los grupos de ayuda y migrantes afectados.

Un grupo de cerca de 100 extranjeros -en su mayoría mujeres y niños- provenientes de Honduras, Cuba, Guatemala, Honduras, entre otros países, quienes desde hace meses se aglomeran y aguardan durante la mayor parte de día -mientras otros aún acampan a la intemperie- salieron aprisa ayer poco después de las 12 del mediodía de las instalaciones federales del Puente Puerta México, subieron y caminaron por el bordo para llegar a tiempo y alcanzar un plato, hasta donde ahora les llevan los alimentos en la avenida Tamaulipas y Margaritas.

Prohíben ayudarlos
“Desde la semana pasada, el miércoles, ya no nos permitieron entrar para llevarles alimentos; un guardia en el portón -de las instalaciones federales- nos impidió el ingreso y solo nos dijo que si queríamos darles comida, ahora lo tendríamos que hacer retirados del portón”, dijo Edy Viruelas Rodríguez, uno de los jóvenes de un grupo de altruistas que lleva comida de lunes a viernes a los migrantes, y quien, ayer después de servirles la comida y agua preparada de frutas, precisó que, algunos días llegan a servir cerca de 100 platos; ayer entregaron casi 80 platillos -especificó-.
Janibel Martín Acosta, una mujer proveniente de Cuba, fue una de una de las primeras personas que se aglutinaron y formaron ayer para recibir un plato con comida, inmersa en un calor opresivo y sofocante en el sopor del mediodía, después de atravesar con preocupación el mismo camino polvoriento por un tramo del bordo del río Bravo para no arriesgarse a perder la oportunidad de alcanzar los alimentos.
Mario García Zúñiga, un hondureño deportado desde Estados Unidos -después de residir durante 45 años en Miami, Florida-, no tuvo la misma fortuna y ayer ya no alcanzó a llegar a tiempo por un plato de comida porque se fue a ofrecer paletas de caramelo en las cercanías del Puente Nuevo Internacional, las cuales necesita vender para conseguir algo de dinero para los medicamentos que requiere por un problema cardiaco que padece.
“El señor que usa un marcapasos ya no alcanzó comida”, dijo Xiomara Mejia Pineda, una migrante hondureña, al referirse al hondureño Mario García, quien se acercó ya resignado al ver que ya no quedaba comida.

Comen de pie y bajo arbustos
Los extranjeros que alcanzaron comida ayer, después de recibir su plato buscaban un lugar para resguardarse del sol opresivo, algunas mujeres le daban su comida a sus hijos bajo los arbustos para protegerlos del calor.
Desde el fin de semana pasado personal del INM empezó a implementar medidas más radicales para retirar a los extranjeros que esperan pasar a su cita para ingresar a Estados Unidos en condición de refugiados, dijo el viernes Juan Antonio Sierra Vargas, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana en el módulo de atención al migrante en la Central de Autobuses “Lucio Blanco”.
Aseguró que, de acuerdo a lo que le comunicaron representantes del INM, estas medidas tenían como objetivo retirar a más tardar para el lunes -17 de junio- a todos los migrantes de las instalaciones federales del Puente Nuevo, retirar las casas de campaña y trasladarlos a la Casa del Migrante y al albergue “Bugambilias” con el fin de que solo llegaran los extranjeros o las familias que les tocara pasar a su cita cada día.
Ayer todavía permanecían algunas casas de campaña y grupos de centroamericanos y familias de cubanos sentados en el suelo a la espera de tener noticias de los próximos a pasar, según el lugar que ocupan en la lista de los solicitantes de asilo.
“Y si viera cada día temprano en la mañana se junta el doble de gente de la que está aquí”, dijo Janibel, la cubana, al referirse a la multitud de centroamericanos que se aglomeran cada amanecer para poder alcanzar a desayunar y continuar con la interminable y exasperante esperanza de llegar a ser aceptados en Estados Unidos como refugiados.