Aumentan suicidios en las cárceles de Texas

4/12/2015 – Bruce Harrington tenía 29 años la primera vez que trató de matarse. Era antes de Navidad en 2008, su quinto año en la cárcel. Se cortó su brazo izquierdo e hizo una soga con sus sábanas en su celda.

Un caso
Los custodios de la Unidad Allred lo encontraron antes de que fuera demasiado tarde. Terminó en un coma inducido y necesitó 12 grapas para cerrar los cortes que se había hecho en el brazo. Cerca de un mes después, sobrevivió un segundo intento de colgarse. Después, el pasado enero, Harrington, convicto por agresión agravada contra un niño, ató un extremo de una sábana a las barras de su ventana en su celda y deslizó la tela en torno de su cuello. Esta vez, los custodios de la Unidad Skyview, una cárcel especialmente designada para atención psiquiátrica, no llegaron a tiempo. Harrington fue así uno de un número cada vez mayor de reos del Departamento de Justicia Penal de Texas (TDCJ) que se quitan su propia vida.

Incremento
De 2008 a 2014, el TDCJ reportó un incremento del 40% en suicidios, y estadísticas de 2015 indican que el sistema está en camino a igualar o superar esa cifra este año. Más presos también están intentando matarse, de acuerdo a documentos que obtuvo The Dallas Morning News bajo las leyes estatales de transparencia pública. Los intentos de suicidio aumentaron un 30 por ciento de 2008 a 2014, y los registros del TDCJ indican que 2015 va en camino a registrar otro incremento. Lo más preocupante, dicen los proponentes de hacer cambios en las cárceles de Texas, es que más de una tercera parte de los 134 suicidios ocurridos de enero de 2011 a septiembre de 2015 tuvieron lugar en segregación administrativa, celdas que el sistema designa para confinamiento solitario. Sin embargo, el confinamiento en solitario representa solo el seis por ciento de la población carcelaria total. El creciente número de suicidios e intentos de quitarse la vida también se produce cuando la población carcelaria de Texas está disminuyendo. Desde 2008, la cantidad de presos ha disminuido casi un cinco por ciento, según datos del TDCJ.

Atención psiquiátrica
Los activistas dicen que estas alarmantes cifras demuestran la urgente necesidad de mejorar la atención psiquiátrica para los internos, una mejor capacitación para los oficiales a fin de que reconozcan los signos de tensión mental, y una supervisión independiente del sistema de cárceles del estado. “Tenemos una obligación constitucional de dar seguridad a las personas a las que encerramos. No es solo una buena idea; es la ley”, dijo Michele Deitch, profesora de la Universidad de Texas y experta en el tema. Las autoridades carcelarias ven las estadísticas de otro modo. Afirman que en la mayoría de los casos los reos son detenidos antes de que sus intentos de suicidio se tornen fatales. La tendencia, dicen, refleja la realidad de que más presos sufren de enfermedades mentales. “Hemos podido intervenir y hacer un muy buen trabajo, un trabajo muy sólido”, dijo el doctor Joseph Penn, director de servicios de salud mental de la Rama Médica de la Universidad de Texas, que provee servicios de salud a cerca del 80 por ciento de los presos texanos. “Considero que tenemos un programa de prevención del suicidio muy efectivo”.

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